viernes, 28 de noviembre de 2014

LA HISTORIA DE FLORES, UN NINI:

La vida de muchos jóvenes españoles que se han quedado atrapados por la crisis transcurre despacio, como si sus días se repitieran en bucle. Son los ninis, cuyo número ha aumentado con paso firme. El 25% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años ni estudia ni trabaja. España se sitúa como el país europeo con más ni-nis.
LA HISTORIA DE FLORES:
Flores es uno de esos jóvenes NI-NIS y su bloqueo tiene origen en el fracaso escolar. Cuando pasó a secundaria empezó a encadenar suspensos. Repitió primero. Luego segundo. Después tercero. Meses más tarde intentó hacer un módulo de administración. Pero abandonó. En septiembre de 2011 se apuntó a una escuela para adultos donde cumplió con la exigencia de su madre y se sacó la secundaria.
 Muchos, sobre todo los licenciados, han salido de España para buscar trabajo. Pero la mayoría de los menos formados siguen en casa de sus padres.

Desde hace tres años, Flores ya no busca trabajo. Y apenas mira cursos de formación. Al principio se apuntó al paro por si acaso le ayudaba en algo. Al año le caducó el carné y ni se molestó en renovarlo. Cinco años más tarde ha vuelto a pisar una oficina del INEM. “Pregunté si podían ayudarme a encontrar algo para formarme y me dijeron que hablara con una de sus asesoras. Fue hace un mes y todavía no he ido. Me da flojera, no veo que me vaya a ayudar en nada”.Los ni-nis como él, con menos formación (no tienen el Bachiller), son especialmente numerosos. No dan un paso adelante. Muchas veces porque no pueden plantearse pagar los cursos que les sacarían del ahogo formativo y quizá laboral.  La tasa de desempleo juvenil (para menores de 25 años) en Cádiz es la segunda más elevada del país, un 69,2%, tras Palencia (aunque el dato de la ciudad castellana está sujeto a errores de muestreo por ser escasos los encuestados).
Hace poco encontró por su cuenta un curso de vigilante de seguridad que le interesó. Un punto positivo para su madre, que, con su puesto en una confitería familiar, llega con dificultad a fin de mes. Pero debido a los pocos puntos de formación que consiguió, se quedó fuera. Su confianza en un cambio de su suerte es prácticamente nula. Cree —y lo dice sin rastro de indignación, con la misma fe con la que confía en que mañana saldrá el sol— que su única esperanza es lograr un enchufe. “El tío de un amigo tiene una empresa de seguridad. A lo mejor por ahí...

Flores pasa su tiempo puertas adentro. Entre su cuarto y el salón. Apaciblemente. Se acuesta tarde. Se levanta tarde. Ve la televisión Entre sus amigos hay tres jóvenes en su misma situación. Tienen entre 22 y 24 años y todos han logrado empleos temporales en algún momento por esa vía. 

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